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"Vieja friendo huevos" de Diego Velázquez

"Vieja friendo huevos" de Diego Velázquez

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PALABRAS CLAVE
la vieja friendo huevos, velázquez, arte, pintura, cuadro, óleo, bodegón, barroco

" La vieja friendo huevos" de Diego Velázquez. Pintura barroca española. 1618.
Edimburgo, National Gallery of Scottland. Óleo sobre lienzo. 99 x 169 cm.

Género: se trata de un cuadro de género: bodegón con figuras o cocina (en el sentido original del término) muy usual en la España del siglo XVII y característico de la etapa sevillana del pintor.

Tema: aparece una vieja en el momento de freir unos huevos en una cazuela de barro vidriado sobre un anafe, que revuelve el aceite con una cuchara de madera a la vez que se dispone a cascar otro. Levanta la mirada, con expresión de ciega, hacia un muchacho situado a la izquierda, que lleva un frasco de vino y un melón. Al fondo cuelga una esportilla y en el suelo vemos un caldero de cobre. A la derecha, en una mesita, hay una naturaleza muerta sencilla y ordenada: un mortero, plato con cuchillo, cebolla, jarras de cerámica. La vieja podría ser la suegra del pintor y el muchacho un recadero que le servía de modelo ya que son los mismos personajes populares que aparecen en otros cuadros de la época. Velázquez se inspiró en las estampas nórdicas de cocinas.

Composición: es sencilla, de pocos personajes pero está muy lograda. Se organiza en forma oval, con una gran curva que va desde el capazo colgado, en el centro, por la cabeza y hombros de la vieja, sigue por su brazo y nos lleva la vista a la cazuela y al muchacho; otras curvas más pequeñas dan dinamismo, como la del brazo con la cuchara y una diagonal que cruza el cuadro desde la cabeza del chico hasta la mesa con objetos. El pintor utiliza el recurso de las medias figuras que aparecen muy reales y cercanas al espectador, para implicarlo en la acción, lo que consigue también con la mirada del muchacho. Algunos objetos aparecen en escorzo, como la cuchara, el cuchillo, la mano del mortero, vistas desde muy cerca. La escena carece de movimiento, hay una gran quietud, como si hubieran sido sorprendidos en un instante.

Luz: la técnica es tenebrista, por influencia indirecta del pintor italiano Caravaggio, con contrastes de luces y sombras sobre fondo oscuro. Los objetos de la naturaleza muerta nos parecen muy naturales debido al virtuosismo con que el pintor ha sabido mostrar sus brillos, calidades y texturas opuestas ( rugosas, como el melón y la cuchara, y pulidas en el huevo y cristal).

Color: el colorido es austero, predominan los tonos ocres y pardos. La toquilla de la anciana, los huevos, el plato y la jarra son manchas blancas que contrastan con la oscuridad del fondo. Las pinceladas son gruesas.

Dibujo: está muy conseguido, los contornos son muy nítidos y recortados, aunque vemos que el pintor concede gran importancia a la luz y color.

Estilo: podemos ver en este cuadro todas las características propias del Barroco: composición con predominio de líneas diagonales y curvas, colorido variado, con un color predominante para dar unidad al cuadro, contrastes de luces y sombras; poca importancia de la línea; naturalismo y gusto por los detalles; falta de claridad y confusión en el significado, etc.

Significado: en apariencia es solamente un bodegón- cocina, una escena vulgar de una casa sevillana, pero aunque parece una imagen realista puede tratarse de una reflexión visual sobre los sentidos del Tacto y de la Vista como instrumentos de conocimiento de la realidad; la vieja, casi a ciegas, tantea con la cuchara entre las manos y el muchacho mira la variedad de los objetos. Gállego opina que representa el sentido del Gusto. No sabemos para quién lo pintó, pero está dirigido a una minoría culta, capaz de apreciar la novedad de unir los temas flamencos de cocinas con la técnica naturalista de Caravaggio.

El pintor y su época: a pesar de la grave crisis económica y política que sufre España en el siglo XVII, es un periodo de esplendor cultural y artístico ("Siglo de Oro"). La clientela de los pintores la constituyen las iglesias y conventos, que son ricos y poderosos; los nobles y la Corte prefieren a artistas extranjeros; la burguesía es casi inexistente, si bien en Sevilla hay ricos mercaderes flamencos e italianos. La mayor parte de la producción es pintura religiosa contrarreformista sin que apenas exista pintura mitológica ni histórica, siendo escaso el paisaje. Se cultiva mucho el bodegón y el retrato, géneros en los que va a brillar Velázquez.

Género: pintura que representa escenas de la vida cotidiana.

Bodegón: cuadro con objetos inanimados, generalmente en una cocina. Similar a naturaleza muerta.

Diego Velázquez (1599-1660) es el mejor pintor del Barroco en España y una cumbre del arte universal. Nace en Sevilla y a los diez años entra como aprendiz en el taller de Pacheco. Su primera etapa sevillana es tenebrista, realizando bodegones de gran realismo (el que estudiamos y "El aguador"). Era un género poco considerado, que Velázquez dignificó.

Se traslada a Madrid en 1623 donde va a ser nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Realiza dos viajes a Italia. Pinta sobre todo retratos del rey y su familia (Felipe IV, Conde-Duque de Olivares, Príncipe Baltasar Carlos), a caballo o de caza, sin olvidar los retratos de bufones (Niño de Vallecas).

También pinta cuadros mitológicos (Los borrachos, La fragua de Vulcano, la Venus del Espejo, Las Hilanderas) e históricos (La rendición de Breda), así como paisajes (Villa Médicis), lo que significa una novedad en el panorama español.

Su obra maestra es Las Meninas, retrato colectivo de la familia de Felipe IV, que ha sido considerado la teología de la pintura.

En todos sus cuadros destaca su dominio magistral de la perspectiva aérea, la luz, el dibujo y el brillante colorido aplicado con una pincelada suelta, casi impresionista.

Pacheco es un pintor y tratadista en cuyo taller se celebraban tertulias de artistas y literatos que consideraban el arte una actividad noble y elevada. Esto explica la formación intelectual de Velázquez. El pintor se casó con la hija de Pacheco, Juana.

Pacheco escribía "¿Los bodegones no se deben estimar? Claro está que sí, si son pintados como mi yerno los pinta".

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