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EN PRIMER LUGAR, COMO ES NATURAL, ES NECESARIO REALIZAR
UNA LECTURA MUY ATENTA DEL TEXTO, FIJÁNDONOS EN LAS PALABRAS MÁS IMPORTANTES
QUE DAN EL SENTIDO A TODO EL TEXTO, Y SON EL VEHÍCULO DE EXPRESIÓN DE
LAS PROPUESTAS O PROBLEMAS FILOSÓFICOS QUE DEBEMOS COMENTAR EN LA PRIMERA
Y SEGUNDA CUESTIÓN, FUNDAMENTALMENTE. PARA ELLO ES IMPRESCINDIBLE CONSULTAR
EL DICCIONARIO FILOSÓFICO ADJUNTO, ENTENDIENDO EL SENTIDO DE LA PALABRA,
Y ESPECIALMENTE EL SENTIDO QUE TIENE EN EL TEXTO QUE VAMOS A COMENTAR
Y EN EL PENSAMIENTO DEL AUTOR. ESTAS PALABRAS LLEVAN UN ASTERISCO, PARA
QUE LAS PUEDAS DETECAR CON MÁS FACILIDAD.
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Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274) contemporáneo
de San Buenaventura, representa el apogeo de la filosofía escolástica.
Entiende al hombre como persona. Rechaza la teoría agustiniana de que
el hombre es fundamentalmente su alma, para defender -siguiendo a Aristóteles-,
la unidad de forma sustancial. El hombre es la unión del cuerpo y del
alma. Por otro lado critica la postura agustiniana medieval de la existencia
de pluralidad de formas sustanciales en el hombre (vegetativa, principio
de la vida vegetativa, sensitiva, principio de la vida animal e intelectiva,
principio de la vida racional, con lo que la corriente agustina afirmaba
la espiritualidad del alma racional no sujeta a preocupaciones materiales
como la nutrición o la generación). Para Santo Tomás el alma racional
o intelectiva realiza todas las funciones en su unión con el cuerpo, al
que no considera cárcel del alma. Ya que la forma superior puede desempeñar
las funciones de las formas inferiores.
Al afirmar la unión sustancial de cuerpo y alma, Santo
Tomás inicia la moderna Psicofisiología, la interacción entre el alma
y el cuerpo en sus estados de ánimo, enfermedades psicosomáticas etc.
Además explica la íntima correlación entre cuerpo y alma, sin los problemas
que se plantearán en la antropología moderna cartesiana sobre la incomunicación
entre el cuerpo y la mente o alma. Con su teoría de la unidad de formas
y de la unidad sustancial en el compuesto humano da vía libre a la teoría
de la evolución moderna.
En cuanto al origen del alma, Santo Tomás defiende
la tesis creacionista: el alma es creada de la nada por Dios. Según la
interpretación de Sertillanges en su obra Las grandes tesis de la filosofía
tomista, la virtud formativa latente en el semen, en el óvulo y en
el embrión inicial es virtualmente un alma humana, se llega a ella por
etapas, de tal forma que en la evolución embrionaria se encuentra y se
recorren todos los reinos, el embrión es primeramente vegetal, después
un alma superior, sensitiva, y por último, un alma más elevada, la intelectiva
o racional. Santo Tomás afirma la inmortalidad del alma debido a su simplicidad,
como ya había sostenido Platón en el diálogo Fedón, y también por su espiritualidad,
al realizar funciones que no dependen de la materia como el pensamiento.
Ante el problema que representa la individualidad
del alma, una vez que se ha corrompido el cuerpo, Santo Tomás responde
que el alma se sigue manteniendo en su unidad, y esta persistencia de
la individualidad en el alma separada, deja abierta la posibilidad de
la resurrección corporal, cada alma puede recobrar la materia en las dimensiones
determinadas que le eran propias y reconstruir su propio cuerpo. Aunque
esto último es una tesis que sólo se conoce por la fe y no por la razón.
También es propio del alma humana la voluntad y la libertad o libre albedrío,
gracias al cual el ser humano puede realizar actos moralmente correctos
siguiendo la ley natural, o incorrectos, cuando deliberadamente se aparta
de esta ley.
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