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Castellanos y portugueses en la Baja Edad media, Imperio de Carlos V: conflictos, Siglo de Oro, política exterior siglo XVIII

Castellanos y portugueses en la Baja Edad media, Imperio de Carlos V: conflictos, Siglo de Oro, política exterior siglo XVIII

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PALABRAS CLAVE
Islas Canarias, guanches, tratado de Alcaçovas, Alfonso V, Madeira, Cabo Verde, Medina del Campo, Corona de Aragón, Sacro Imperio Romano, agermanados, comunidades, arbitristas, Barroco, Quevedo, Góngora, Lope de vega, Calderón, Tirso de Molina, paz de Utrech, revisionismo, Fernando VI, Carlos IV, Guerra de la Independencia, Trafalgar

Elija cuatro de las ocho cuestiones propuestas y explique su contenido.

1. El proceso de romanización: el legado cultural.

2. Al-Ándalus: La organización económica y social.

3. Manifestaciones artísticas en la Península durante la Edad Media: el románico.

4. Organización política e instituciones en la Baja Edad Media: La Corona de Aragón.

5. Castellanos y portugueses durante la Baja Edad Media. Las Islas Canarias.

6. El Imperio de Carlos V: Conflictos internos. Comunidades y Germanías.

7. Mentalidad y cultura en el Siglo de Oro.

8. La evolución de la política exterior española en Europa durante el siglo XVIII.

TUS RESPUESTAS DEBEN SER PRECISAS, CLARAS Y BREVES. EN EL CASO DE PERSONAJES INDICA LA ACCIÓN O ACCIONES POR LAS QUE SE ADQUIERE SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA SIN QUE SEA NECESARIO EXPLICARLAS

5. Castellanos y portugueses durante la Baja Edad Media. Las Islas Canarias.

En el siglo XIV las Islas Canarias- llamadas Afortunadas por los autores latinos- habían sido exploradas por navegantes genoveses, andaluces y catalanes, pero despertaban poco interés. En el siglo XV los marinos portugueses, que habían conquistado Ceuta (1415) y las islas Madeira, llegaron hasta el golfo de Guinea en sus exploraciones atlánticas en busca de esclavos y del oro, que escaseaba en Europa y que los mercaderes árabes llevaban en caravanas hasta los puertos del Magreb. Pero también los castellanos estaban muy interesados en el oro y la expansión por el norte se Africa. Las islas Canarias se convirtieron en una escala muy importante en las rutas atlánticas y fueron motivo de rivalidad con castellanos.
La conquista de Canarias se inició cuando un caballero normando, Jean de Béthencourt, conquistó Lanzarote y Fuerteventura en 1402 y se declaró vasallo del rey Enrique III de Castilla. Más tarde vendió sus derechos señoriales a nobles sevillanos que continuaron la conquista de La Gomera y El Hierro. A partir de 1475 los Reyes Católicos intervinieron directamente conquistando el resto del archipiélago: Gran Canaria, La Palma y Tenerife (1500). Las Canarias se convirtieron en una escala indispensable en el trayecto hacia América. Los indígenas isleños – los guanches- fueron sometidos y asimilados con facilidad
El conflicto con los portugueses se solucionó en el tratado de Alcaçovas (1479): el rey Alfonso V de Portugal reconocía los derechos castellanos sobre las Canarias y sobre la costa africana situada frente a ellas, a cambio de que los Reyes Católicos renunciaran a posibles derechos sobre la costa africana y las islas Azores, Madeira y Cabo Verde.

6. El Imperio de Carlos V: Conflictos internos. Comunidades y Germanías.

Carlos I (1516-1556) era hijo de Juana la Loca y Felipe I el Hermoso y nieto de los Reyes Católicos. Heredó de su abuelo Fernando, la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia, Cerdeña, Nápoles y Sicilia) y de su abuela, Isabel, la Corona de Castilla, Navarra y América. Carlos, nacido y criado en Flandes, llegó a España en 1517, sin hablar las lenguas de los reinos y rodeado de un séquito de amigos y consejeros flamencos, que ocuparon los mejores cargos lo que molestó a los notables castellanos y aragoneses. En 1519, al morir su abuelo el emperador Maximiliano de Austria, Carlos fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, con el nombre de Carlos V. Poco después se produjeron dos rebeliones políticas simultáneas: las Comunidades de Castilla y las Germanías en Valencia y Mallorca, reinos de la Corona de Aragón.
Las Comunidades de Castilla (1520-1522): En 1520 Carlos convocó las Cortes castellanas para pedir subsidios y marchó a Alemania para ser coronado dejando en Castilla como regente a Adriano de Utrecht. Muchas ciudades de Castilla se sublevaron (Toledo, Burgos, Ávila, Valladolid, Segovia, Salamanca...) y formaron Comunidades. Exigían que el rey prescindiera de los consejeros flamencos y respetara sus libertades. El movimiento, liderado por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, estaba dirigido por la baja nobleza y las clases medias urbanas, aunque luego se extendió a los campesinos. La Junta comunera buscó el apoyo de la reina Juana la Loca en Tordesillas. Tras el incendio de Medina del Campo por las tropas del emperador (agosto de 1520) el movimiento se radicalizó derivando a reivindicaciones antiseñoriales, lo que motivó que la mayor parte de la nobleza castellana se pasara al bando imperial. Los comuneros fueron derrotados en Villalar (1521) y ejecutados los cabecillas. Carlos prescindió de los extranjeros en el gobierno de Castilla, que se convirtió en el eje del imperio de los Habsburgo. Las diversas interpretaciones de las Comunidades han suscitado polémica. Tradicionalmente se consideraban la primera revolución moderna: una lucha por la libertad frente al autoritarismo de Carlos I. Modernamente se ha visto como la última rebelión medieval frente al Estado moderno ya que la oligarquía ciudadana sólo pretendía conservar el poder de que gozaba en el siglo XV.
Las Germanías (1519-1523): fueron levantamientos urbanos en Valencia y Mallorca con un matiz más social que las Comunidades. En Valencia en 1519 la nobleza huyó de la ciudad al campo debido a la peste y los gremios, que estaban armados ante el ataque de los piratas berberiscos, se hicieron con el control de la ciudad, expulsando al virrey. Los agermanados eran artesanos, comerciantes y campesinos que se levantaron contra los nobles y la oligarquía urbana, pidiendo libertades y mejoras económicas. Atacaron también a los mudéjares, siervos de los señores, obligándoles a convertirse al cristianismo. La nobleza valenciana se pasó al bando imperial y la rebelión fue sofocada en 1522 por las tropas de Carlos I. También fracasó en Mallorca un movimiento similar.
Carlos I, vencedor en ambas revueltas, respetó los fueros de todos los reinos pero reforzó su autoritarismo.

Medina del Campo: Importante ciudad mercantil castellana, famosa por sus ferias. El incendió dejó arruinada a la ciudad.

Comuneros ejecutados: Fueron ejecutados el 24 de abril de 1521, al dia siguiente de la batalla, en la plaza del pueblo público pregón. Se convirtieron en mártires para la tradición liberal.

Gremios armados: Dirigidos por Joan Llorens, Guillem Sorolla y Vicente Peris.

Agermanados: Pedían la abolición de los impuestos feudales y repartos de tierras.

7. Mentalidad y cultura en el Siglo de Oro.

El siglo XVII fue una época de crisis en que España vivía graves problemas: la pérdida de la hegemonía europea frente a Francia, la despoblación, hambres y epidemias, la grave crisis económica, el aumento de impuestos, la pobreza de las masas populares frente al lujo y ostentación de los privilegiados.
Las personas que percibieron la decadencia y proponían soluciones o arbitrios para afrontar dichos problemas se llaman arbitristas. Algunas de sus propuestas eran sorprendentes y otras razonables y lúcidas pero en todo caso fueron rechazadas. Los principales arbitristas fueron Sancho de Moncada, Fernández Navarrete y Martín González de Cellorigo.
Sin embargo la decadencia politica y socioeconómica no supuso la decadencia cultural. España vive una etapa de esplendor de la cultura y el arte, el denominado Siglo de Oro, que corresponde al movimiento artístico llamado Barroco.
La cultura barroca española es cortesana y católica. Es un instrumento propagandístico al servicio de las ideas de la Contrarreforma frente a los protestantes. Tiene como misión conmover a las masas de escasa cultura para someterlas a la voluntad de la Iglesia y los privilegiados, con el fin de que no se rebelaran. De ahí que sea grandilocuente, ostentosa y sentimental.
Los principales representantes de la literatura barroca fueron Quevedo y Góngora, en poesía, tanto en su forma popular como culta. El teatro- medio predilecto de difusión de los valores dominantes- contó con las figuras de Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina, que escribieron comedias, tragedias y autos sacramentales. El gran Miguel de Cervantes con El Quijote (1605) dio origen a la novela moderna, y la llamada novela picaresca alcanzó su esplendor (Mateo Alemán).
Por el contrario la ciencia apenas alcanzó desarrollo, lo que obstaculizó su desarrollo posterior.

8. La evolución de la política exterior española en Europa durante el siglo XVIII.

La paz de Utrecht, tras el final de la Guerra de Sucesión (1700-1714) acabó con la hegemonía francesa y dio origen a un nuevo orden internacional basado en el equilibrio de poder entre las grandes potencias (Francia, Austria y Gran Bretaña). España perdió todas sus posesiones europeas y quedó relegada a potencia de segundo orden.
Felipe V (1700-1746), impulsado por su segunda mujer, Isabel de Farnesio, que deseaba tronos en Italia para sus hijos, intentó recuperar los territorios italianos perdidos. Su revisionismo suponía romper el equilibrio internacional y enfrentarse a Gran Bretaña, la mayor potencia naval y comercial del siglo.
Una expedición militar enviada en 1717 para invadir Cerdeña y Sicilia terminó en fracaso. En 1731 consiguió el ducado de Parma para su hijo Carlos, gracias a un acuerdo con Gran Bretaña y Francia. Buscó la alianza con Francia, país con el que tenía vínculos dinásticos y en 1733 se firmó el Primer Pacto de Familia que involucró a España en la Guerra de Sucesión de Polonia junto a Francia y contra Austria a cambio de reconocer a Carlos rey de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia) en 1735. En 1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia por el que España participó en la Guerra de Sucesión de Austria a cambio del ducado de Parma para Felipe, otro hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio(1748).
Fernando VI (1746-1759) mantuvo una politica de neutralidad dejando a España fuera de los conflictos bélicos internacionales, lo que permitió mejorar la armada. Murió sin descendencia.
Con Carlos III (1759-1788) España intervino en varias guerras europeas aliada de Francia y contra Gran Bretaña, con el objetivo de frenar su avance en las rutas atlánticas y recuperar Gibraltar y Menorca. Por el Tercer Pacto de Familia (1761) intervino en la Guerra de los Siete Años (1756-1763) al lado de Francia. Ambas fueron derrotadas por Gran Bretaña. Francia perdió sus posesiones en Canadá y la India y España tuvo que entregar la península de la Florida, Francia entregó la Louisiana en compensación. España ayudó a los colonos en la Guerra de la Independencia de las trece colonias británicas (1776-1783) y recuperó Florida, Menorca y la colonia de Sacramento en la paz de Versalles (1783).
Carlos IV (1788-1808) continuó su política de amistad con Francia, salvo el paréntesis de la guerra contra la Convención (1793-1795), fase radical de la Revolución Francesa, que terminó en fracaso. España volvió a la órbita francesa con el Tratado de San Ildefonso (1796) firmado con Napoleón, lo que implicaba el enfrentamiento con Inglaterra, lo que resultó desastroso para España. En Trafalgar (1805) la marina española fue destrozada por la inglesa.

Expedición militar: Por la oposición de la Cuádruple Alianza formada por Gran Bretaña, Austria, Francia y Saboya.

Pacto de Familia: Llamado así por ser de la dinastía borbónica las dos familias reinantes.

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