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Explique la cuestión sucesoria y el conflicto armado que depara. Explique los hechos más relevantes de la Regencia de Mª Cristina de Borbón.

Explique la cuestión sucesoria y el conflicto armado que depara. Explique los hechos más relevantes de la Regencia de Mª Cristina de Borbón.

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PALABRAS CLAVE
carlismo, antiliberal y contrarrevolucionario, Fernando VII, diputados serviles, Cortes de Cádiz, realistas, Regencia de Urgel, Década Absolutista, Carlos Mª Isidro, Mª Cristina, Pragmática Sanción, monarquía absoluta, foralismo

Responda a las siguientes cuestiones:

a) Explique la oposición al régimen franquista.
b) Explique los logros político-económicos más destacados entre 1975 (muerte de Franco) y 1978 (promulgación de la Constitución).

MANIFIESTO DE CEA

"Sumergida en el más profundo dolor por la súbita pérdida de mi augusto Esposo y Soberano, sólo una obligación sagrada (...), pudiera hacerme interrumpir el silencio que exigen la sorpresa cruel y la intensidad de mi pesar. La expectación que excita siempre un nuevo reinado, crece más con la incertidumbre sobre la administración pública en la menor edad del monarca: para disipar esa incertidumbre (...), he creído de mi deber anticipar (...) los principios que he de seguir constantemente en el gobierno, de que estoy encargada por la última voluntad del Rey (...), durante la minoría de la Reina, mi muy cara y amada Hija Doña Isabel.

La Religión y la Monarquía (...), serán respetadas, protegidas, mantenidas por Mí en todo su vigor y pureza. (...).
Yo mantendré religiosamente la forma y las leyes fundamentales de la Monarquía, sin admitir innovaciones peligrosas (...), probadas ya sobradamente por nuestra desgracia. La mejor forma de gobierno para un país es aquella a que está acostumbrado. (...).

Mas no por eso dejaré estática y sin cultivo esta preciosa posesión [pues] no ignoro (...) los vicios que el tiempo y los hombres han introducido en los varios ramos de la administración pública, y me esforzaré para corregirlos. Las reformas administrativas, únicas que producen inmediatamente la prosperidad y la dicha, (...) serán la materia permanente de mis desvelos. Yo los dedicaré muy especialmente a la disminución de las cargas que sea compatible con la seguridad del Estado y las urgencias del servicio; a la recta y profunda administración de la justicia; a la seguridad de las personas y de los bienes; al fomento de todos los orígenes de la riqueza.

Guardaré inviolablemente los pactos contraídos con otros Estados y respetaré la independencia de todos: sólo reclamaré de ellos la recíproca fidelidad y respeto que se debe a España por justicia y por correspondencia.
Si los españoles unidos concurren al logro de mis propósitos, y el cielo bendice nuestros esfuerzos, Yo entregaré un día esta gran nación, recobrada de sus dolencias, a mi augusta Hija (...).

En el Palacio de Madrid a 4 de octubre de 1833. Fdº: Yo la Reina Gobernadora."

Responda a las siguientes cuestiones:

 

COMENTARIO:


RELACIONA EL DOCUMENTO CON EL CONTEXTO HISTÓRICO EN QUE SE ENMARCA, ALUDIENDO DE FORMA BREVE A LA SITUACIÓN ESPACIO-TEMPORAL.
· REALIZA EL COMENTARIO DEL CONTENIDO DEL TEXTO, CONFRONTÁNDOLO CON TUS PROPIOS CONOCIMIENTOS SOBRE EL TEMA.
· CONCLUSIÓN: RESUME LAS IDEAS BÁSICAS Y HAZ ALUSIÓN A LAS CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS NARRADOS EN EL TEXTO. SIEMPRE DEBE SER BREVE, EL DOCUMENTO NO PUEDE SERVIRTE DE EXCUSA PARA DESARROLLAR UN TEMA DESPEGADO DE ÉL.

a) Explique la cuestión sucesoria y el conflicto armado que depara.

Felipe V había impuesto por el Auto acordado de 1713 la Ley Sálica, que daba prioridad a los varones en la herencia de la corona. En realidad una Pragmática Sanción de tiempos de Carlos IV, aprobada por las cortes de 1789, la había derogado pero no había sido publicada. Fernando VII, influido por su mujer Mª Cristina, publicó la Pragmática Sanción en 1830, a fin de permitir el acceso al trono a su hija Isabel. Los partidarios de D. Carlos (absolutistas apostólicos) no la aceptaron, porque no les dejaba otro camino que la toma violenta del poder y consiguieron en los sucesos de La Granja (1832) que el rey enfermo firmara el decreto de abolición de la Pragmática Sanción  pero Fernando, una vez curado, la repuso y la infanta Isabel fue jurada heredera por las Cortes tradicionales en 1833. En su testamento reafirmó a su hija como heredera y  a Mª Cristina como gobernadora hasta su mayoría de edad. Los liberales apoyaron a Isabel porque era el único camino para lograr sus esperanzas de una transición política al liberalismo. D. Carlos publicó un manifiesto y se proclamó rey. Se sublevaron y comenzó la primera guerra carlista (1833-39).

No se trataba sólo de una cuestión dinástica sino de un enfrentamiento entre dos modelos de sociedad: Antiguo Régimen frente a liberalismo. El carlismo era un movimiento contrarrevolucionario, que rechazaba el nuevo orden liberal y el reformismo desde arriba. Defendía el tradicionalismo, la monarquía absoluta de origen divino (legitimismo), la Iglesia católica y el foralismo, como reza su lema “Dios, Patria, Rey y Fueros”. El carlismo era heterogéneo en su composición social: la nobleza rural, la mayor parte del clero - molesto por la eliminación del diezmo y las desamortizaciones – parte del ejército, artesanos urbanos y campesinos, perjudicados por las medidas reformistas de liberalización agraria y que veían amenazadas sus costumbres. Por el contrario la alta nobleza, la jerarquía eclesiástica, la mayor parte del ejército, la burguesía y los trabajadores urbanos se mantuvieron fieles a Isabel II.

En las zonas rurales del País Vasco, Navarra y Cataluña, los carlistas insurrectos formaron partidas. Las ciudades permanecieron fieles a Isabel II. Se distinguen tres fases en la guerra carlista: 1ª. De 1833-35. El general Zumalacárregui consiguió formar un ejército regular carlista, con los Voluntarios Realistas y las partidas dispersas, consiguiendo grandes triunfos frente a los liberales. La guerra se caracterizó por su ferocidad. Por orden del pretendiente D. Carlos puso sitio a Bilbao, donde resultó herido y murió. 2ª. 1835-37. Se equilibraron las fuerzas entre los dos bandos. En Aragón y el Maestrazgo el general Cabrera organizó guerrillas. Los carlistas, derrotados en Mendigorría, organizaron expediciones militares, para extender la insurrección, como la del general Gómez (1836) y la del propio pretendiente que llegó a las puertas de Madrid en 1837. Ambos bandos contaban con apoyos internacionales: las absolutistas Austria, Rusia y Prusia ayudaban a los carlistas, e Inglaterra, Portugal y Francia a los liberales, enviando tropas, armas y dinero. Los carlistas fracasaron en el sitio de Bilbao, derrotados por el general Espartero en el puente de Luchana. 3ª. El cansancio por la incapacidad de derrotar al enemigo llevó a la escisión de los carlistas en transaccionistas- partidarios de acabar la guerra- y exaltados. Espartero llegó a un acuerdo con el general carlista Maroto, en el Convenio de Vergara (1839): se acordó la integración del ejército carlista en el isabelino y la promesa de negociar el mantenimiento de los fueros en Navarra y País Vasco. Cabrera  resistió solo en el Maestrazgo hasta su derrota final en 1840 y se exilió a Francia.

 Posteriormente hubo dos guerras carlistas más: la segunda guerra carlista (1846-49) y la tercera guerra (1872-1876)

Foralismo: fueros y privilegios tradicionales: sistema de justicia, instituciones propias y  exención fiscal y de quintas.

Segunda guerra carlista: Desencadenada por el fracaso del enlace entre Isabel II y Carlos VI, hijo de Carlos Mª Isidro, es conocida como guerra dels matiners (madrugadores).  Tiene como escenario Cataluña y Levante e interviene Cabrera. El carlismo es derrotado. Continuaron sublevaciones carlistas, como el frustrado pronunciamiento de Carlos VI en San Carlos de la Rápita (Castellón) en 1860.

Tercera guerra: La inició Carlos VII, nieto de Carlos Mª Isidro. Tras la revolución del 68 habían querido convertirse en una alternativa para las clases conservadoras frente al régimen democrático y moderó sus formas y lenguaje. Nació un partido: la Comunión Católico-Monárquica. Pero la elección de un rey extranjero, Amadeo I, les lanzó a la guerra cuyo escenario  fue el País Vasco, Navarra y Cataluña. Don Carlos logró victorias, como Eraul, Montejurra y Abárzuza pero no consiguió ocupar Bilbao. Creó una estructura estatal en Estella (Navarra), emitiendo moneda.  Su derrota por Martínez Campos, en la Restauración de Alfonso XII, supuso la supresión de los fueros e instituciones del País Vasco (1876), aunque conservó la autonomía fiscal  por los conciertos económicos (1878).

VALORACIÓN CRÍTICA. IMPORTANCIA, FIABILIDAD Y DIFUSIÓN DEL DOCUMENTO. JUICIO CRÍTICO SOBRE EL TEXTO.

b) Explique los hechos más relevantes de la Regencia de Mª Cristina de Borbón.

La Regencia de Mª Cristina se extendió de 1833 a 1840. El primer gobierno de la Regencia, presidido por Cea Bermúdez, al que pertenece el Manifiesto comentado, entroncaba con la herencia del Despotismo Ilustrado al proponer un programa de reformas desde arriba, administrativas y económicas sin modificar el carácter absolutista de la Monarquía. La más importante fue la división territorial en provincias de 1833, llevada a cabo por  Javier de Burgos, ministro de Fomento, que ha perdurado hasta la actualidad. Otra fue la libertad de comercio interior.

Pero el conflicto carlista y el rechazo al inmovilismo por parte de los liberales, forzaron a  la regente a deshacerse de Cea Bermúdez en 1834, fracasando así el reformismo desde arriba. Para evitar el colapso del régimen, se intentará ahora una transición pactada con los liberales moderados, los únicos defensores seguros de Isabel II. Era una tercera vía entre el carlismo y el liberalismo. Martínez de la Rosa, un viejo doceañista muy moderado y recién llegado del exilio, fue nombrado jefe del gobierno. Entre sus medidas destacan una amplia amnistía para los liberales y la disolución de la jurisdicción gremial, que favoreció la libertad de fabricación y comercio. La más importante fue el Estatuto Real (1834), una especie de Carta Otorgada que concedía ciertos derechos y libertades políticas pero sin reconocer el principio de soberanía nacional. Las nuevas Cortes constaban de dos cámaras: el Estamento de Próceres, formado por Grandesde España, altos cargos eclesiásticos, notables y grandes propietarios nombrados por la Corona con carácter vitalicio y el Estamento de Procuradores, elegidos de forma indirecta por sufragio censitario muy restringido. Las Cortes tenían carácter consultivo y votaban los impuestos, pero la iniciativa legislativa quedaba en manos de la Corona.

Esta fórmula de compromiso era insuficiente, ya que marginaban a la inmensa mayoría de la sociedad. El gobierno de Martinez de la Rosa tenía que luchar contra carlistas y liberales. El malestar social se manifestó en el verano de 1834: se desató una epidemia de cólera en Madrid y ante el rumor de que los frailes habían envenenado las fuentes, las masas populares asaltaron los conventos y asesinaron a frailes, en una primera oleada de violencia anticlerical que se extendió a otras capitales ante la falta de reacción del gobierno. Martínez de la Rosa dimitió en mayo de 1835, reemplazado por el conde de Toreno. En el verano hubo nuevos motines en Zaragoza y Barcelona, donde los obreros quemaron la fábrica de Bonaplata y Cia, y se extendieron a otras ciudades (Cádiz, Valencia, etc) y se formaron juntas revolucionarias. Asustada, Mª Cristina llamó a los liberales progresistas a formar gobierno (septiembre 1835).

Se había consolidado la división de los liberales. Todos eran partidarios de una monarquía parlamentaria pero estaban divididos en dos partidos políticos: Los moderados,  liberales doctrinarios, defendían la soberanía compartida  entre Cortes y Corona, que gozaba de amplios poderes. Defensores  del orden y de la propiedad,  eran partidarios del sufragio censitario. Preferían un Estado centralista y confesionalmente católico y querían limitar los derechos individuales. Eran socialmente  heterogéneos: nobleza, alto clero, terratenientes, alta burguesía, y altos mandos del ejército. Los progresistas eran partidarios de la soberanía nacional, la limitación del poder real, sufragio censitario más amplio, mayores libertades, descentralización estatal, elecciones municipales y Milicia Nacional. Su base social era compleja: pequeña burguesía y  en general, las clases medias, profesionales liberales, empleados y militares de baja graduación.

El nuevo gobierno progresista, dirigido por Mendizábal, significaba que la transición derivaba hacia la ruptura liberal. Mendizábal calmó los motines e inició importantes reformas: llamó a una quinta de cien mil hombres, suprimió la Mesta, organizó la Milicia Nacional, abolió los gremios y promulgó el decreto de desamortización de los bienes eclesiásticos con el objetivo de conseguir dinero para sostener la guerra civil, castigar a la Iglesia por su apoyo al carlismo, iniciar una reforma agraria y  crear un grupo de nuevos propietarios que fueran partidarios del liberalismo. Pero la regente, presionada por nobleza y clero, destituyó a Mendizábal sin explicación en mayo de 1836. Aquel verano estallaron de nuevo revueltas populares y un grupo de sargentos se sublevaron en el palacio de La Granja, donde la reina veraneaba, forzándola a restablecer la Constitución de Cádiz y nombrar un gobierno progresista, presidido por José Mª Calatrava, con Mendizábal como ministro de Hacienda.

Los progresistas continuaron la reforma agraria, que implicaba la  disolución del régimen señorial, de los mayorazgos y la desamortización de bienes del clero. Redactaron la Constitución de 1837, inspirada en la de Cádiz de 1812, que hacía concesiones a los moderados a fin de conseguir el apoyo de todos los liberales ante los carlistas. Se caracteriza por: soberanía nacional, división de poderes, Cortes bicamerales (Congreso y Senado), elegidas por sufragio censitario, más amplio que el del Estatuto Real,  confesionalidad del Estado, ayuntamientos elegidos, Milicia Nacional y algunos derechos como la libertad de imprenta.

En las elecciones de septiembre de 1837 ganaron los moderados, cuyos sucesivos y mediocres gobiernos apenas hicieron nada.  Presentaron en 1840 un proyecto de Ley de ayuntamientos que intentaba recortar el poder municipal, dando a la Corona la facultad de nombrar alcaldes en las capitales de provincia. Frente a este proyecto estallaron motines y levantamientos populares en las principales ciudades. Mª Cristina llamó al general progresista Espartero para sofocarlos, pero éste se negó a emplear el ejército contra los ayuntamientos progresistas. Mª Cristina dimitió, siendo nombrado Espartero nuevo regente.

La división provincial de 1833: organizaba España en 49 provincias, delimitadas por criterios históricos y la racionalidad de la extensión.

Sufragio censitario: limitación del derecho de voto a unos ciudadanos que cumplen determinados requisitos, fundamentalmente económicos, con el argumento de que los que más impuestos pagan al Estado tienen derecho a elegir a sus representantes y gobernar éste.

Dimitió: Tras su dimisión en 1840  marchó a Francia, regresando a España en 1844 al llegar la mayoría de edad de Isabel. Volvió a Francia en 1854.

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